jueves, 6 de agosto de 2009

Perdiendo la Identidad


Durante la evolución del hombre, este ha incursionado en varias actividades, la más importante en mi opinión, es su apetito de conquista y poder, por eso la guerra ocupa un lugar importante en su historia como especie.

La guerra desde las cavernas ha sido importante, ya sea para proteger el territorio o la vida propia; pasando a los griegos donde ya sea en relatos como la guerra de Troya, el deseo de algunos hombres gobierna sobre la del pueblo, dando origen a batallas legendarias, que aun en nuestros días son recordadas.

Estos eventos, por así llamarlos, generan fenómenos de gran trascendencia en los pueblos que se ven involucrados. Por ejemplo el pueblo Romano, que aunque era el imperio invasor, absorbió la cultura griega, incluyendo sus creencias religiosas. Es por esto que los dioses griegos como Afrodita, Ares, Hades, Poseidón Y Zeus, reaparecen en la cultura romana como Venus, Marte, Plutón, Neptuno y Júpiter respectivamente.

Este fenómeno es conocido como transculturación, que básicamente es cuando un pueblo recibe y gurda en su seno la cultura de otro grupo social, que sustituye gradualmente las propias.

Podríamos creer que este hecho solo se produjo durante la época de guerras y conquistas, pero este no es ajeno a nuestras raíces y mucho menos a nuestra realidad, porque aunque no enfrentamos guerras con otros pueblos (países), si estamos influenciados por ellos, en una especie de guerra fría.

Un ejemplo es Estados Unidos de América, la gran potencia económica del mundo, a la que todos los países de alguna manera rinden reverencia y que posee la capacidad de transnacionalizar su cultura y conquistar con sus productos, “sueños” y estereotipos. Llevando a pueblos como Colombia, marcados por una historia violenta, por el choque de dos culturas tan diferentes como lo son los españoles e indígenas; hace para mí, mas fácil la perdida de la costumbres, pues aun no somos capaces de creer que poseemos una cultura propia, tal vez producto de muchas combinaciones, pero al fin y al cabo una identidad única.

Es por esta razón que es más importante usar ropa de marca y comer en los mejores restaurantes internacionales, que apoyar lo propio, que usar productos donde la marquilla diga “hecho en Colombia” y mucho menos aceptar, que los manjares colombianos están al nivel de los americanos o europeos, prefiriendo la identidad extranjera sobre la propia.

Tal vez esto ocurre por el miedo a aceptarnos como pueblo y preferimos seguir con el patrón de adaptación que nuestros pueblos indígenas se vieron obligados a seguir, por la opresión y la guerra a la que se enfrentaron. Creyendo que tal vez si aparentamos ser de otro lugar, el caos de nuestra nación, no es parte de nuestras preocupaciones y mucho menos nuestra responsabilidad, evadiendo nuestra vida como Colombianos y nuestra identidad.

Visitas